El Papa Francisco firmó el 3 de octubre, su tercera encíclica en el Convento de San Francisco de Asís, junto a la tumba del santo considerado como el patrono de los animales y los ecologistas.
La encíclica se denomina “Fratelli Tutti” (Hermanos todos) y es la respuesta que ofrece el Papa Francisco para construir “un mundo más justo y fraterno en sus relaciones cotidianas, en la vida social, en la política y en las instituciones” y no perder esta oportunidad sobre todo tras la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19).
El documento está dividido en ocho capítulos y reflexiona sobre cómo la emergencia sanitaria mundial ha servido para demostrar que “nadie se salva solo” y que ha llegado el momento de que “soñemos como una única humanidad” en la que somos “todos hermanos”.
En la encíclica, el Papa Francisco describe como los males de nuestro tiempo: el desempleo, el racismo, la pobreza; la desigualdad de derechos y sus aberraciones, como la esclavitud, la trata, las mujeres y el tráfico de órganos.
Además, el documento expresa también el rechazo de la pena de muerte, definida como “inadmisible”, porque “siempre será un crimen matar a un hombre”, y centra la llamada al perdón, conectada al concepto de memoria y justicia: perdonar no significa olvidar, escribe el Pontífice, ni renunciar a defender los propios derechos para salvaguardar la propia dignidad, un don de Dios.
Los invitamos a leer el documento completo